
¡Buenos días!
¿Qué tal ha ido vuestro verano? Espero que lo hayáis disfrutado mucho y que la vuelta a la rutina no se esté haciendo dura.
Una de las razones por las que decidí hacer un pequeño parón en el blog durante algo más de un mes, era para tener tiempo de preparar los próximos post y es que, aunque me encanta hacer series de Photo Diary, para mí son unos post que llevan mucho trabajo detrás.
Para poder sacar adelante series de post como el #Photodiary de Paris o el #Photodiary de Madrid es necesario recopilar todas las fotos hechas durante el viaje –en este caso, en 10 días de viaje he sacado más de 2000 fotos….lo sé, tengo un problema- , seleccionar las mejores, las que puedan ser más interesantes, las que más puedan llamaros la atención, clasificarlas por días, editarlas para mejorarles un poquito la calidad o enderezarlas –especialmente si tienes la tendencia de hacer las fotos rápido o incluso varias ráfagas como me pasa a mí- y colocarles la firma.
Sin embargo, estos post son de mis favoritos porque cuando los publico y leo vuestros comentarios, siendo como si estuviera tomándome un café con unas amigas y contándoles mis vacaciones.
Además, me permiten revivir una y otra vez mis viajes sin olvidarme de detalles como el día que visitamos algún sitio concreto, el hotel en el que estuvimos en cada ciudad, la agencia con la que cogimos un tour o incluso el nombre del guía.
Y seguro que a estas alturas muchas estaréis diciendo, bueno Vanessa, déjate de rollos y a lo que vamos, ¡Cuéntanos tu viaje por Italia! De hecho, las que me seguís por Instagram ya habréis visto un adelanto de este Italia Photo Diary porque no he podido resistir la tentación de compartir alguna de estas fotos, así que... ¡allá vamos!
Miércoles 5 de Julio de 2017
Después de mucho tiempo preparando este viaje, tan solo quedaban unas horas para coger el vuelo a Milán.
A diferencia de otras ocasiones en las que habíamos cogido el avión o tren por la mañana, en este caso nuestro vuelo a Milán salía a las 17 horas, por lo que teníamos la mañana para poder ultimar la maleta, revisar que todo estuviera en su sitio y comprobar que llevábamos todos los billetes, tickets de museos y comprobantes de hoteles impresos.
Tras una comida rápida, sobre las 16 horas nos fuimos al aeropuerto -si, como podéis comprobar yo soy de esas que va al aeropuerto 1 hora antes de la cuenta- para evitar posibles contratiempos, hacer el check in y embarcar.
El avión salió con 10 minutos de retraso aunque eso no afectó a la duración del vuelo ya que, aunque habían dicho que duraría 2 horas, realmente el vuelo duró poco más de hora y media por lo que la otra media hora fue de espera mientras poco a poco iba embarcando la gente, colocando el equipaje de mano, recogiéndolo después… tanto para despegar como para aterrizar. Así que a las 19.45 horas estábamos recogiendo nuestras maletas en el aeropuerto de Bérgamo camino a Milán.
En este caso no teníamos transfer que nos llevase de Bérgamo a Milán por lo que nuestra prioridad en ese momento consistió en buscar un autobús que nos llevase hasta la Milano Centrale Station, la estación de trenes de Milán.
Por suerte, la mayoría de las personas que habíamos bajado del avión teníamos el mismo objetivo por lo que nos fue fácil dar con una compañía de buses y comprar un billete hasta Milán.
Como curiosidad, contaros que si aquí en Zaragoza nos quejamos del precio del billete de autobús al Aeropuerto, el del Bus Bérgamo-Milán era de 5€ por cabeza. Aunque en su defensa hay que añadir que el trayecto es de aproximadamente una hora sin paradas.
Sobre las 20-30 horas llegamos a la Estación Central de Milán, un magestuoso edificio blanco en cuyo lateral puedes encontrar una hilera de autobuses que lleva y trae gente del aeropuerto.
Como ya era bastante tarde, decidimos ir directos al Hotel New York -el hotel que habíamos elegido para esta primera noche en Milán- para hacer el check in, dejar las maletas y buscar un sitio para cenar. Finalmente nos decidimos por la Pizzeria Restaurant Salerno, también por la zona de la Estación Central, para probar las pizzas made in Italia y pasar nuestra primera noche en Milán antes de que, al día siguiente tomásemos un tren hacia otra ciudad italiana... de la que os hablaré mañana.
Esta entrada pertenece a la serie de Italia Photo Diary.
¡Echa un vistazo al resto de posts!
- Italia Photo Diary - Milán + Florencia
FLORENCIA
- Florencia Photo Diary #1 - Executive + Ponte Vecchio- Florencia Photo Diary #2 - Uffizi + Galería de la Academia
- Florencia Photo Diary #3 - Duomo + Mirador Michelangelo
- Florencia Photo Diary #4 - Cattedrale di Santa Maria del Fiore
LA TOSCANA
- Italia Photo Diary - Sienna + San Gimigniano + PissaMILÁN
- Milán Photo Diary #1 - Berna + Arco della Pace- Milán Photo Diary #2 - Catedral de Milán
- Milán Photo Diary #3 - Cuadrilátero de la Moda + Navigli
- Milán Photo Diary #4 - Despedida de Italia
Vanessa.
Muy detallado este photo diary, al menos en el texto, jejej.
ResponderEliminarParece que lo pasasteis genial, deseando ver la siguiente entrada.
Besitos!
jajaja si, este era muy light para abrir boca, pero ¡a partir de mañana viene lo bueno! ¡¡Un besazo!! :)
Eliminar¡Me ha encantado esta primera entrada! Yo también soy de ir con mucho tiempo al aeropuerto, dos horas mínimo (sobre todo si salgo de Barcelona o Madrid) y, aunque toque esperar, al menos estoy tranquila.
ResponderEliminarLas fotos geniales... ¡y qué pintaza esa pizza! *-*
¡Un besazo Vanessa!
Uf, es que si encima es desde otra ciudad, como por lo que sea falle cualquier cosa, haya atasco, nos dejemos algo en casa y haya que volver... nada, ¡más vale prevenir!
Eliminar¡Un besazo Elena! ;)